top of page

Breve historia del feminismo

Por: Levira Lecuona

“Feminista es quienquiera que reconozca la igualdad y la plena humanidad

en mujeres y hombres”.

Gloria Steinem

 

En este ensayo haremos un recorrido por las diferentes olas del feminismo y definiremos algunas de sus críticas, reivindicaciones y propuestas. Para éste me guío en el boletín de Rosa Cobo (2014).

 

Primera ola o el feminismo ilustrado (S. XVIII y XIX)

    

Esta primera etapa del movimiento feminista surge a la par de la idea de igualdad, esta se propone como un bien al que deben tender todas las relaciones sociales. El feminismo ilustrado del siglo XVIII  busca que estos principios sean aplicados por igual a las mujeres.

 

Como resultado de esta búsqueda tenemos un feminismo que se alejará de la queja como elemento central y asumirá la “vindicación” como la médula política básica del discurso feminista. Esta vindicación no se conformará con reclamar recursos o derechos formales, sino que exigirá la transformación de las estructuras y estratificaciones que producen desigualdad.

 

Segunda ola o feminismo sufragista (2ª mitad del s. XIX 1ª mitad del s. XX)

 

Esta segunda ola del movimiento feminista será por primera vez en la historia un movimiento de masas. El origen de este movimiento sufragista se da con la Declaración de Sentimientos o Declaración de Seneca Falls en 1848. Aquí, las mujeres estadounidenses reclamaran aquellos derechos formulados como universales por los teóricos de la ilustración pero que hasta ese momento habían sido negados a las mujeres. Ellas exigían para si los mismos derechos que los varones ya habían conseguido.

    

Las luchas de las sufragistas serán: al derecho al voto, el derecho a la propiedad, a la educación, el acceso a las profesiones o a la libertad para organizarse y hablar en público. También criticarán las leyes discriminatorias que regulaban el matrimonio, la patria potestad y el divorcio.

 

Tercera ola feminismo contemporáneo (2ª mitad del s. XX y principios de s. XXI)

    

En esta tercera ola el movimiento feminista comienza a diversificarse, surgen el feminismo socialista, el feminismo radical, el feminismo de la igualdad y el de la diferencia, el feminismo negro, el latinoamericano, cada uno con sus diferentes puntos de vista darán al movimiento aportaciones para los análisis posteriores.

 

Simone de Beauvoir es la feminista que inaugura este periodo, ella escribe un libro titulado El segundo sexo en el cual analiza la subordinación de las mujeres. Con su famosa frase “la mujer no nace, se hace” afirmará que el género es una construcción social y este concepto será un parte aguas para los posteriores análisis feministas.

 

En análisis posteriores se dará respuesta y posibles soluciones a la problemática de las mujeres desde diferentes perspectivas.

 

Feminismo y Marxismo

 

Para empezar diremos que el marxismo es  la teoría que estudia  la variable de clase y el feminismo  la variable género.

 

De acuerdo al análisis que hace la autora, la semejanza más profunda entre marxismo y feminismo es que ambas teorías analizan a la sociedad en clave de sistemas de dominio. El marxismo sostiene que la sociedad  se fundamenta en un sistema de dominio económico, el capitalismo, basado en un sistema de explotación económica, por el que los burgueses explotan a los obreros, o los empresarios a los trabajadores. El feminismo agregará que en la base de la sociedad existen estructuras patriarcales que colocan a los varones en una posición dominante y a las mujeres como sus subordinadas.

 

En los años 60 surge una conjunción de ambas teorías al nacer grupos de mujeres feministas que se autodenominaron socialistas, un importante detalle a recalcar es que estas feministas se dan cuenta de que la opresión de las mujeres era distinta pero sobre todo complementaría a la opresión de clase. Ellas propondrán un sistema dual para analizar la condición de las mujeres y darán cuenta de la subordinación de las mujeres en las sociedades capitalistas.

 

Posteriormente se agregaran a las variables de clase y género la raza, la etnia, la preferencia sexual como características que pueden determinar el grado de discriminación u opresión de un grupo.

 

Feminismo radical de los 70

 

El aspecto más importante del feminismo radical ha sido mostrar el carácter político de las relaciones que tienen lugar en el ámbito doméstico-familiar. Este feminismo se fundamenta en la tesis de que “lo personal es político” y afirmará que la subordinación de las mujeres no se sostiene solo en la exclusión de las instituciones políticas y en la explotación económica que tiene lugar en el mercado laboral, sino que tiene raíces muy profundas que se encuentran en la familia patriarcal, en las relaciones de pareja y en todas las tareas de cuidado y reproductivas que desarrollan las mujeres gratuitamente en el ámbito familiar. Desde este punto de vista la familia será la institución en la que se asienta la división sexual del trabajo y se aprenden y se practican las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Y todas estas prácticas no son aspectos íntimos y privados, sino relaciones políticas basadas en la explotación manipulación y subordinación de las mujeres.

 

Feminismo de la Igualdad y de la diferencia

 

La igualdad ha sido el paradigma político predominante en el feminismo hasta que a finales de la década del 1970 se funda una posición teórica y política favorable a la diferencia. Ambas perspectivas teóricas, la de la diferencia y la de la igualdad, comparten la idea de que la diferencia entre hombres y mujeres existe. Sin embargo la primera considera que la diferencia debe convertirse en un paradigma político que no debe ser ignorado sino reivindicado y a partir de su existencia debe construirse la vida social, política, económica y cultural. Por el contrario, explica que el feminismo de la igualdad asume la idea de la diferencia como resultado de la experiencia histórica, pero considera que la igualdad debe ser el paradigma político en torno al cual se construyen las relaciones sociales entre hombres y mujeres.

 

Por mi parte estoy de acuerdo en que la igualdad de géneros a nivel simbólico, social, económico, de oportunidades y de derechos es lo que se debe alcanzar. Y que las diferencias no deben ser motivo de discriminación o sexismo, que se deben eliminar las prácticas que buscan justificar la discriminación con el pretexto de la diferencia sexual así como  los estereotipos que carecen de contenidos  que motivan al sexismo, al machismo y a la homofobia.

 

 

Bibliografía

 

  1. Cobo, R. (2014). Aproximaciones a la teoría crítica feminista (1ªed.). Lima, Perú: CLADEM.

bottom of page